La memoria gráfica (I)

Comenzamos esta sección semanal del blog Córdoba Cofradiera titulada «La memoria gráfica», que nos acercará al pasado de nuestra Semana Santa mediante fotografías, algunas con más de cien años a sus espaldas, otras mucho más recientes, pero todas igualmente enriquecedoras. Esperamos que estas imágenes sirvan para aprender, valorar nuestro patrimonio, pero sobre todo para disfrutar con imágenes que provocarán en nosotros nostalgia, despertarán nuestra curiosidad y ampliarán nuestro conocimiento sobre el mundo cofrade cordobés.

Francisco Jesús Rodríguez Ruiz

Dolores

La primera entrega con la que nos deleitamos es esta castiza imagen seguramente conocida por muchos. Se trata de Nuestra Señora de los Dolores en una fotografía tomada en la última década del siglo XIX en las dependencias del convento de San Jacinto rodeada de servitas. Desconocemos el lugar exacto en que se tomó la foto pues el fondo está cubierto con tela y la imagen de la Virgen se encuentra sobre una mesa corriente cubierta también con telas.

Rodean a la Dolorosa un total de ocho servitas vistiendo el hábito de la orden en torno al capellán, que se sitúa en el lado derecho de la Virgen. Sus actitudes místicas, orantes, contemplativas y reflexivas ponen de manifiesto la devoción que despierta la Virgen de los Dolores. Esta foto pertenece a un reportaje, por eso en otras fotos similares vemos tan sólo dos servitas.

El inconfundible semblante de la Señora de San Jacinto se enmarca por el mítico rostrillo con el que aun hoy se viste a la imagen, aunque en la foto apreciamos cierta escasez de joyas.  El manto y la saya, no conservados actualmente por la hermandad, están bordados sobre terciopelo negro siguiendo un riguroso luto y son una tímida muestra del rico ajuar que posee; en cambio, la diadema y el corazón traspasado por los siete dolores sí se han conservado a pesar del paso de los años. La expresión compungida de la imagen queda potenciada por la posición de las manos, en un intento de sujetar el peso de Su dolorido corazón. Tras Ella, una ráfaga resalta su santidad, pero su cercanía con los clérigos manifiesta una actitud maternal y protectora.

Afortunadamente, una saya morada estrenada hace pocos años rescata el diseño de la que vemos en la foto, aunque mucho más enriquecido, mientras que la ráfaga ha sido utilizada en el último besamanos que se celebró en honor de la Virgen, en 2010, rescatando esta añeja imagen.

Fuente:

-GARCÍA BAENA, P., CABRERA JIMÉNEZ, J.: Semana Santa de Córdoba: un siglo de historia, Publicaciones Obra social y cultural CajaSur, Córdoba, 1996

Deja un comentario